La lluvia es uno de los fenómenos naturales que despierta nuestra imaginación, gozo, bienestar, relajación; pero también nuestros mayores temores y es que ayer fue un día en el que se presentó de nueva cuenta, como en los últimos días. La lluvia, amada por muchos pero odiada por otros más, es uno de los ciclos naturales por efecto de la evaporización de todo cuerpo o superficie que contacte o almacene agua.
Alguna vez en la primaria recuerdo vagamente que se mencionó este tema, entonces allí nos mandaban, después de clase, a buscar en la papelería más cercana, una lámina o monografía que explicaba este fenómeno, recuerdo que mostraban una pequeña montaña rodeada de nuves provenientes del mar, producidas por la evaporación y presipitadas a la tierra cuando estas tenían el tamaño necesario provocando el nacimiento de ríos lagos y lagunas, dependiendo del terreno.
Todo era bonito en el dibujo y cada vez que llovía parecía ser algo extraordinario. Un día me tocó ver que esto de la lluvia no era como me lo contaron. Cuando estas formaciones llegan a tener casi vida propia y uno es incapaz de controlarlo es a donde comprendemos que no somos nada ante el mundo que estamos destryendo día a día. Agua cayendo de los cielos acompañada con vintos, relámpagos que probocaban truenos, en lo mejor de los casos, y los que caían cerca, cimbraban la tierra junto a los que estamos sobre ella como si hubieramos recibido un golpe en el pecho, en el corazón. Alli supe que las lluvias no son como me las contaban y que tienen un gran poder, y es cuando entendí el por qué antes las culturas mesoamericanas y algunas otras en el mundo, la veían como deidad y el respeto que le tenían era por saber que les daba de comer nutriendo sus tierras, pero que aplacaba hasta el más valiente desvaneciéndolo a la fas de la tierra, era representado como señor dador de vida con el poder de quitarla, el dios tlaloc, por ejemplo.
Así como le damos representacíon casi humana a los fenómenos naturales, muchos se inspiran de ella para escribir anécdotas, cuentos, investigaciones, ensayos o poemas como este de Jorge Luis Borges, llamado "La lluvia".
Alguna vez en la primaria recuerdo vagamente que se mencionó este tema, entonces allí nos mandaban, después de clase, a buscar en la papelería más cercana, una lámina o monografía que explicaba este fenómeno, recuerdo que mostraban una pequeña montaña rodeada de nuves provenientes del mar, producidas por la evaporación y presipitadas a la tierra cuando estas tenían el tamaño necesario provocando el nacimiento de ríos lagos y lagunas, dependiendo del terreno.
Todo era bonito en el dibujo y cada vez que llovía parecía ser algo extraordinario. Un día me tocó ver que esto de la lluvia no era como me lo contaron. Cuando estas formaciones llegan a tener casi vida propia y uno es incapaz de controlarlo es a donde comprendemos que no somos nada ante el mundo que estamos destryendo día a día. Agua cayendo de los cielos acompañada con vintos, relámpagos que probocaban truenos, en lo mejor de los casos, y los que caían cerca, cimbraban la tierra junto a los que estamos sobre ella como si hubieramos recibido un golpe en el pecho, en el corazón. Alli supe que las lluvias no son como me las contaban y que tienen un gran poder, y es cuando entendí el por qué antes las culturas mesoamericanas y algunas otras en el mundo, la veían como deidad y el respeto que le tenían era por saber que les daba de comer nutriendo sus tierras, pero que aplacaba hasta el más valiente desvaneciéndolo a la fas de la tierra, era representado como señor dador de vida con el poder de quitarla, el dios tlaloc, por ejemplo.
Así como le damos representacíon casi humana a los fenómenos naturales, muchos se inspiran de ella para escribir anécdotas, cuentos, investigaciones, ensayos o poemas como este de Jorge Luis Borges, llamado "La lluvia".
Bruscamente la tarde se ha aclarado
Porque ya cae la lluvia minuciosa.
Cae o cayó. La lluvia es una cosa
Que sin duda sucede en el pasado.
Quien la oye caer ha recobrado
El tiempo en que la suerte venturosa
Le reveló una flor llamada rosa
Y el curioso color del colorado.
Esta lluvia que ciega los cristales
Alegrará en perdidos arrabales
Las negras uvas de una parra en cierto
Patio que ya no existe. La mojada
Tarde me trae la voz, la voz deseada,
De mi padre que vuelve y que no ha muerto.
Porque ya cae la lluvia minuciosa.
Cae o cayó. La lluvia es una cosa
Que sin duda sucede en el pasado.
Quien la oye caer ha recobrado
El tiempo en que la suerte venturosa
Le reveló una flor llamada rosa
Y el curioso color del colorado.
Esta lluvia que ciega los cristales
Alegrará en perdidos arrabales
Las negras uvas de una parra en cierto
Patio que ya no existe. La mojada
Tarde me trae la voz, la voz deseada,
De mi padre que vuelve y que no ha muerto.
Espero le haya gustado y recuerda que decir hola le cambia la vida a muchas personas, que tengan un excelente día.
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